
Si se mencionara el nombre de Mariela García quizás a la memoria no llegaría ningún tipo de recuerdo, o -como se dice popularmente- no produciría “frío ni calor”. Pero si se escucha hablar de DJ Mariela, indudablemente que la mente sería asaltada por evocaciones gratas, que llevan a aquella chica que a través de las mezclas en la música electrónica ha logrado ganarse el respeto del público y hacerse de un sitial en un género que, en nuestro país, es dominado más por los hombres. Proveniente de una familia acaudalada reconocida por sus negocios empresariales, para Mariela no fue fácil incursionar en el ritmo electrónico, sobre todo cuando descubrió que lo suyo no era continuar la tradición familiar, sino pinchar los discos.
La avispada DJ tuvo que convencer a sus padres, Ángel García y María Graciela de García, que su vida estaba ineludiblemente atada a la música electrónica, un placer que se le reveló cuando, hace unos seis años, se disponía a tomar los cursos de fotografía, dibujo y diseño en la escuela Parsons, de Nueva York. “Mis padres se preocuparon, sobre todo por mi bienestar, por si iba a estar sana y salva en un ambiente en el que se decía se consumía drogas. Cuando me vieron en una presentación constataron que yo iba en serio y que había mucha seguridad”, recordó la joven de cabello negro e impresionantes ojos verdes.